¡Ya lo creo! Perdidos por el barrio gótico nos
encontramos en medio de una plazoleta en obras. ¿Pero qué es lo que ven mis ojos? Cruzando este desierto terrestre se cobija una
buenísima cafetería. ¿Sabéis que es lo mejor de todo? Puedes pedir tanto dulce como salado, tanto
té como café… y lo que es más, una vez que
lo pides puedes guarnecerlo de mermelada, canela, vainilla y otros atributos
gratuitos que ofrece este hospitalario local.
Sin embargo, es un
sitio pequeñito aunque es recomendable para aquellos que estén un día de paseo y quieran ponerse a leer
libros o charlar con el prójimo. Otra desventaja que tiene es el
wifi sin actualizar que te pone en la cuenta una vez que has pedido el manjar.
Por tema precio es inferior al de un Starbucks pero superior al de cualquier
otra cafetería, seamos sinceros, estamos en pleno barrio gótico.
Así pues, con el estómago lleno nos encaminamos de nuevo a
nuestra interminable búsqueda de Wally :)
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